miércoles, 25 de enero de 2012

Alcaldable


Palabra cazada: Alcaldable

Primero nos tragamos el “sapo” de “ministrable”. Se le ocurrió a algún “intelectual” de los medios de comunicación y el término cobró carta de naturaleza entre los comentaristas, queriéndose referir a los candidatos para ser ministros en los cambios de gobierno.
Después, ha venido lo de “alcaldable”, término que parece florecer con gran vitalidad en época de las Municipales.
Oigamos a Lázaro Carreter: “El sufijo -able- no se puede aplicar a elementos no verbales. Una persona puede ser amable, culpable o aborrecible, si decimos de ella que puede o sabe ser amada, culpada o aborrecida. Pero no puede ser porterable, secretariable o maniquible, como tampoco “alcaldable”, porque no hay verbos correspondientes a portero, secretario, maniquí o alcalde. Pero ya tenemos a “alcaldable” instalado y, si un milagro no lo remedia, nadie podrá expulsarlo ya”.

viernes, 20 de enero de 2012

A nivel (de)


Expresión cazada:

El famoso “nivel de vida” nos entró vía francesa  “niveau de vie” y no estaba mal, expresando metafóricamente una altura.
Más feo nos queda el “a nivel de piel”, “a nivel de las mucosas”, etc. que usan muchos médicos.
En la década de los sesenta nos llegó el “a nivel (de)”: “a nivel del estado”, “a nivel de dirección”, “a nivel técnico”, “a nivel de ministros”, “a nivel de novios”... Todos ellos girando en torno al “level” en el sentido de “rango”.
Lázaro Carreter nos dice que este “sucedáneo preposicional” nos lo han calzado los tecnócratas quizá porque consideran bastardo el uso de nuestras hermosas preposiciones, canijas para ellos.
¿Por qué no decir “entre ministros” o “para los novios” o “en el estado”, etc.? Disponemos de unas eficaces preposiciones castellanas para decir a nuestro modo lo que los norteamericanos refieren con su “level”.
Podemos concluir con Lázaro Carreter que quien usa el “a nivel de” quizá “no hable para locas, aunque lo haga para tontas”.

domingo, 15 de enero de 2012

MÉXICO

Palabra cazada: MÉXICO 

Los españoles conquistadores oían a los indígenas llamarse “meshica” (La “sh” equivale a la “ch” francesa, a la “x”, “ix” catalanas y a la “x” gallega).
También sonaba así la “x” castellana en el siglo XVI ( por ejemplo “dixe”). Por tanto, la transcripción “México (de “meshico”) se impuso.
Pero esa “sh” evolucionó pronto en todo el Diccionario Castellano a la “j” ( dixo = dijo) y México sonó enseguida Méjico.
El ilustre Alfonso Reyes dice que se entiende como más patriótico escribir México que Méjico. Y Rosemblat apostilla: “Parece que en Méjico se ha hecho de la “x” bandera de izquierdismo y que, en cambio, la “j”, es signo de espíritu conservador o arcaizante”.
Respetemos a los mejicanos su prurito ortográfico, dice Lázaro carreter, pero ¿por qué no alcanza a Jalapa, Juarez, Guanajuato o Guadalajara?
La Academia reconoció en 1959 ambos grafismos, pero que nadie pronuncie “Méksico” ni “meksicano” y por las mismas razones, no “Teksas” ni “teksano”.



sábado, 14 de enero de 2012

En pelotas


Palabra cazada: En pelotas

En los siglos XV al XVII se decía en singular, “en pelota” y significaba ir vestido de manera informal, “ir a cuerpo”, vestirse de forma casera y sin etiqueta.
Fue en el siglo XVIII cuando pasó a significar “ir desnudo total”, pero siguió empleándose en singular. Fue también cuando empezó a tomarse de etimología popular asociando el dicho con los atributos viriles. En el XIX empieza ya a emplearse en plural, “en pelotas”
Se ha seguido usando de las dos maneras, pero los escritores que poseen un buen sentido del idioma han seguido utilizándolo en singular y sin el sentido asociativo de los atributos masculinos.
Hoy este sentido asociativo está extendido, pero ¿puede decirse también de las mujeres? Parece evidente que está fuera de lugar aplicar en las mujeres el sentido asociativo.
Lázaro Carreter nos aconseja preferir la alocución en singular, “en pelota” y, en todo caso, que sepamos distinguir bien ambas locuciones, entendiendo que, empleado en singular, no debe llevar asociado ningún otro sentido que el de quedarse desnudo.

jueves, 12 de enero de 2012

NOMINAR



Palabra cazada: NOMINAR

El verbo nominar significa dar nombre a una persona o cosa y sólo eso.
Últimamente se está utilizando esta palabra en el sentido de designar a alguien como candidato para algo. Y se hace porque el “nominate” inglés tiene este sentido. Bien, pues si en Norteamerica hablan de “nominar a alguien para ser candidato a la presidencia del estado o para ganar el Oscar”, están en su derecho.
Pero en español, no. “Nominate” y nominar son falsos compañeros de viaje, nos avisa Lázaro Carreter. Digamos sencillamente que “alguien ha sido proclamado candidato para la presidencia o que un artista ha sido designado para el Oscar”. Pero en ningún caso “nominado”.