Es frecuente el uso de la palabra
“vergonzante” de manera incorrecta. Por ignorancia suele utilizarse en lugar de
“vergonzoso” y así escuchamos cosas como estas: “Es vergonzante el uso que la
autoridad hace del poder” o “Es vergonzante el comportamiento del partido de la
oposición” o “Es vergonzante la última ley aprobada en el Parlamento”. Lo
correcto sería “Es vergonzoso...”
El adjetivo “vergonzante” significa “que
tiene vergüenza” y se aplica a aquellos a quienes su situación o condición les
lleva a sentir vergüenza, especialmente a los pobres que tienen necesidad de
mendigar. Estos son los “vergonzantes” y no los que carecen de vergüenza.
Ambos adjetivos, “vergonzante” y
“vergonzoso”, dice Lázaro Carreter, pertenecen a la misma familia de vergüenza,
pero no son intercambiables.
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