lunes, 28 de septiembre de 2015

Palabra cazada: Sponsor



Es un anglicismo, traído por los publicitarios, dándole el sentido americano que tiene como la empresa comercial o persona que paga un programa comercial de radio (o televisión) a condición de que se le nombre en él.
Es un anglicismo innecesario. Ya tenemos en castellano las palabras “patrocinador”, “patrocinar” o “patrocinio” con el mismo significado que quieren dar aquellos que hablan de “sponsor”, “sponsorizar” o “sponsorización”.
Es un anglicismo utilizado también en el ámbito deportivo (sponsorizar clubs o equipos) y en el de la cultura (sponsorizar conciertos, exposiciones, montajes teatrales...), invadiendo el terreno de otras palabras propias  nuestras como “mecenas” o “padrino”
Lázaro Carreter, con su conocida y habitual ironía, termina diciendo al respecto: “Con el tiempo oiremos decir que Santiago es el sponsor de España.”




lunes, 21 de septiembre de 2015

Expresión cazada: Punto y final



Hablan de poner “punto y final” aquellos que oyeron campanas ortográficas y, junto al “punto y seguido” y al “punto y aparte”, se les cuela la conjunción (y) al “punto y final”.
Porque lo correcto es decir “punto final”. “Final” funciona como adjetivo de “punto” y no como nombre sinónimo de “punto”.
Así los que dicen poner “punto y final” a un programa de radio o de televisión, deberían decir poner “punto final”. Y los locutores deportivos cuando dicen (y lo dicen con frecuencia) que el árbitro ha puesto “punto y final” al partido, deberían decir que lo que ha hecho el árbitro ha sido poner “punto final” a ese partido.

Permitidme que con esto y aquí, ponga yo también “punto final”.



lunes, 7 de septiembre de 2015

Palabra cazada: Las antípodas

El error consiste en cambiar el género y “transvestir” la palabra. Se oye con frecuencia hablar de “las antípodas” refiriéndose al lugar diametralmente opuesto a aquel  en que vive el hablante, en nuestro caso, Australia y Nueva Zelanda.

Bien, el Diccionario dice que “antípoda” es cualquier habitante del globo terrestre que vive en el lugar diametralmente opuesto. Por extensión también se llama “antípodas” a los territorios que mantienen idéntica oposición. En ambas acepciones, la palabra es masculina. Así que deberemos decir “los antípodas” (tanto a las personas como a los territorios) en lugar de “las antípodas”.