Vienen empleándose estos adjetivos como
si fueran adverbios, en lugar del “si” y del “no”. Corresponde a la jerga
americana que usan los técnicos en los aviones, y de ella nos ha llegado
volando hasta convertirse en una plaga que amenaza nuestro idioma. “Afirmative”
y “negative” poseen en ingles ese carácter adverbial.
Lázaro Carreter nos advierte del peligro
de que tome carta de naturaleza en la conversación ordinaria. Dice que pronto
podremos escuchar a una chica responder “afirmativo”, cuando su novio le
pregunte si le quiere, o responder “afirmativo”, cuando el cura le pregunte si
quiere a fulano por esposo. Lo peor será que, al menos tres o cuatro o cinco
docenas saldrán del templo emocionados, como perversos propagandistas de tan
convincente “afirmativo”.
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