sábado, 28 de diciembre de 2019


A vueltas con el “ente”

Dice Lázaro Carreter:

“Desde el siglo XVII, ‘ente’, en la jerga filosófica es sinónimo de ‘ser’. El Diccionario de Autoridades lo define como: ‘Todo lo que realmente existe’. Y Así se ha venido empleando el vocablo, siempre en restringidos campos filosóficos y científicos hasta hoy. Pero la escasa vocación metafísica hispana, o su genial propensión a abatir lo sublime, hizo que ‘ente’ adquiriera pronto el significado poco favorable de ‘sujeto ridículo’, ‘hombre risible’, ‘un don nadie’.
‘Ente’ pues, aparte su sentido técnico tradicional, designa personas –sólo personas- ridículas. Pero ahora nos lo importan designando ‘organismos o instituciones’. Para evitar que ‘ente’, en tal acepción foránea, se contagie del significado hispano, ¿no convendría suspender la importación? Maldita la falta que hace.”

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lunes, 23 de diciembre de 2019


Imperfecto en “-ra”

Dice Lázaro Carreter:

“Ese literarísimo imperfeco en ‘-ra’, pulula y triunfa, ‘¡quién lo dijera!, en las retransmisiones deportivas. Ya he confesado mi vehemente afición al partido de los domingos, y no me perdí, claro es, el transcendental Barcelona-Madrid del pasado día de los Inocentes. Qué emoción la mía al escuchar la parla medieval o romántica –no se sabe bien- del locutor, cuando ya en los preliminares del encuentro, y describiendo el homenaje que le tributaba al fisioterapeuta del equipo catalán y de la selección, don Ángel Mur, señaló cómo Amancio abrazaba con cariño a quien tantas veces lo ‘masajeara’ (‘¡Cuántas veces te masajeé/ cuántas veces te masajeara...!’, debía de pensr el señor Mur, en aquel mismo instante). No fue una broma, un chusco alarde de buen decir, porque el locutor se lanzó a un apasionado empleo de formas en ’-ra’, que bastaran a TVE, si otros galardones no conquistara antes, para merecer el de dechado de medioeval o... medio tonta.”

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martes, 17 de diciembre de 2019


Valdez y Ozorio

Dice Lázaro Carreter:

“¿No han oído ustedes aludir a unos jugadores de fútbol llamados Valdez y Ozorio? Cada vez que sale eso por el altavoz, mi estupor iguala, por lo menos, al que deben experimentar ambos deportistas. ¡Venir a la Madre Patria, cuna de los Valdés y los Osorio, para que les cambien así la gracia! Otra vez el fetichismo de la letra. Ocurre, simplemente, que el seseo americano (o andaluz o canario), el cual iguala en una sola pronunciación la ‘s’ y la ‘c’ (z) castellanas, produce allí la misma confusión gráfica que, por ejemplo, ocasiona la identidad fónica de ‘b’ y ‘v’. Al no corresponder diferencia alguna de pronunciación a la diferemcia de letras, éstas (¡las letras sólo!) se intercambian con mucha frecuencia. De igual modo que cualquier hispano de ortografía vacilante escribe ‘b’ por ‘v’, o vivceversa, un seseante escribe ‘z’ donde debería escribir ‘s’, y al revés. Los señores ‘Valdez y Ozorio’, a pesar de que firman así, se han llamado siempre en su país de origen, ‘Valdés y Osorio’.

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miércoles, 11 de diciembre de 2019


García Castany

Dice Lázaro Carreter:

“Hay que ver qué cuidado (loable) ponen muchos locutores en pronunciar nombres extranjeros, sobre todo si son ingleses. ¿Por que no lo mantienen cuando se trata con cualquiera de los apellidos (o topónimos) españoles?
Por ejemplo el modo de nombrar a los futbolistas. Hay uno, de mi admirado Zaragoza F. C., que realiza en sus apellidos una síntesis castellano-catalana al llamarse García Castany. Esto es, García “Castañ”, puesto que ‘ny’ es sólo la grafía catalana correspondiente al fonemoa que en castellano representamos como ‘ñ’ (Castany equivale a Castaño. ambos derivados del latín ‘castaneus’). La cosa es tan simple y tan digna de ser sabida por quienes profesan el oficio de hablar al público, que deja estupefacto oírles pronunciar ‘Castani’, así con ‘n’ más ‘i’”.

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viernes, 6 de diciembre de 2019


Banco agresivo

Dice Lázaro Carreter;

“Bien de mañana oigo a una enfática locutora afirmar de un banco que es sumamente ‘agresivo’. El adjetivo se está entremetiendo en el idioma por culpa de los tecnócratas donjulianes que no vacilan en abrir las puertas del español a la angloparla. ‘¡Un banco agresivo!’. ¿Qué pensarán los millones de oyentes que no están al tanto de esa moda lingüístico-ejecutiva? Aquellos santuarios de la prudencia y del aval, del paso sobre seguro y de la discreta cortesía, convertidos en ofensores, mortificantes, atacantes, estridentes, hirientes..., que todas esas cosas significa ‘agresivo’ en castellano.
Yo, la verdad, ante la vista de un vendedor ‘agresivo’, ante el anuncio de una campaña ‘agresiva’, ante la convocatoria de unas instituciones ‘agresivas’, estoy dispuesto a telefonear a la comisaría más próxima.”

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