miércoles, 29 de junio de 2022

Relanzar

Dice Lázaro Carreter:

“El prefijo ‘–re’, que siempre ha sido fecundo, ahora es cunicular. En los antecedentes del idioma figura ‘relanzar’ con el significado de ‘repeler’ o ’rechazar’. El Diccionario académico lo registra desde 1869, pero su vigencia ha sido muy escasa: se moría ya de innecesario, cuando he aquí que, no hace mucho, acudió en su ayuda el frencés ‘relancer’, lengua en que, aparte su obvio sentido de ‘volver a lanzar’, posee el de ‘faire une relance’, es decir, ‘dar un nuevo impulso’ a algo, como la economía, la imagen de un artista o el turismo: todo lo que ha decaído puede ser ‘relanzado’ en francés.

Los importadores idiomáticos de aquí, para nada se acordaron de la acepción castellana de ‘relanzar’. Entre otras cosas, porque ‘lanzar’ ya se había contagiado de su significado francés, y había desplazado por completo a ‘introducir’: ya no se ‘introducía’ un producto en el mercado, sino que se ‘lanzaba’. Se respondía así a las necesidades de henchir de energía la expresión, de saltarle las costuras. Presente ya en el idioma ese uso afrancesado de ’lanzar’ ¿qué había que oponer a su vástago ‘relanzar’? Y ahí lo tenemos en su cénit, áureo y orondo, en boca de políticos, periodistas y demás voces públicas, acordes todos en declarar prescrito el verbo ‘reactivar’, que es el que antes servía para decir eso mismo.”

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miércoles, 22 de junio de 2022

Desacerbado

Dice Lázaro Carreter:

“Abro otro semanario y, ya en la primera columna, leo que cierto expropiado ha dirigido un ‘desacerbado’ ataque contra la gran Banca. Como se trata de un varón piadoso, entiendo que el ataque era suave, sin aspereza ni acritud: es lo que significa ‘desacerbado’. Pero sigo leyendo, y ocurre que sus declaraciones son venablos y cicuta, con una guinda de trilita. El redactor, sin duda, ha sido arrebatado por la vorágine; necesitaba un adjetivo ingente para calificar aquel ataque, se apretó el caletre, y le acudieron dos que, atropelladamente, se mezclaron en su pluma: ‘acerbo’ y ‘desaforado’. Y le salió ese baciyelmo, ese extraño centauro, con cabeza y cola del segundo, pegados al cuerpo del primero: ‘desacerbado’. Monstruo que, aunque significa exactamente lo contrario, le colmó las enormes medidas que deseaba dar al ataque del expropiado. ¡Pobre escribidor, víctima de la magnilocuencia a que obliga la desmesura de este tiempo nuestro, nervioso y, por tanto, hiperbólico, precisado de palabras altísonas.”

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viernes, 17 de junio de 2022

Tensión de los arcos expresivos

Dice Lázaro Carreter:

“Prensa y ondas tensan sus aros expresivos hasta la fractura. Leo, por ejemplo, que la intranquilidad de cierto ministro constituye su ‘neurosis’ personal. Que el nombre  de Andraitx, la bella población mallorquina, ‘ha dado la vuelta al mundo’ porque en ella pasó Soraya sus vacaciones. Que el secretario del Presidente González es el ‘virrey de la Moncloa’. Que los habitantes del Tercer Mundo abandonan sus poblados para instalarse en ciudades de ‘luces cegadoras’: en ellas habrá pronto ’legiones de ejércitos brechtianos en paro’. Existía antes una ‘conciencia global’ de que los problemas podían resolverse; ahora nos hundimos en una ‘desesperación cósmica’. Si alguien cree en la democracia inglesa, desengáñese: allí se vive ‘bajo un poder totalitario de la peor especie’...

¿No eran las palabras, hasta ahora, tenues flatos? Para la revista en que me solazo subrayando estas bobadas, son ‘un lánguido estallido de viento que puede matar’.“

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viernes, 10 de junio de 2022

Pioneros del progreso

Dice Lázaro Carreter:

“Lo curioso es que muchos de esos fantásticos reductores del idioma, vuelven desdeñosamente el rostro, cuando se les hacen advertencias, y exclaman: ‘Bah, el lenguaje académico...’ Requeridos para que justifiquen su desdén, aprietan la mente en un esfuerzo expulsor, y segregan que el que ellos llaman ‘lenguaje académico’ es pobre, que no responde a las necesidades de la calle, y que adónde iríamos a parar si hubiera que hacer caso a una institución tan antañona. Ellos son los que hablan como habla el pueblo, que es tan rico y vivo de expresión.

¿De veras? ¿Dice el pueblo ‘inicio y reiniciar’? ¿Se ha olvidado como ellos, de ‘empezar y reanudar’ (y de ‘acabar, terminar concluir’, que han expulsado ya de su jerga, privilegiando a ‘finalizar’)? ¿No son estos pioneros del progreso idiomático quienes están dilapidando aflictivamente nuestras reservas expresivas? Véanse las perdidas de sólo una parcelilla léxica: ‘reanudar, recomenzar, empezar, comienzo, principio, emprender’... Lo dicho: flámulas españolas quemadas, mientras sólo ondean en antenas y rotativas ‘inicio y reiniciar’.“

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viernes, 3 de junio de 2022

Reanudar en lugar de reiniciar

Dice Lázaro Carreter:

“Casi todo lo que ahora se `reinicia’, lo que hace es ‘reanudarse’. Y lo que verdaderamente vuelve a empezar, lo que retorna a su punto cero ‘recomienza’ ¿qué falta hace, pues, ese feo verbo, pinchoso de tanta ‘i’? Su omnipotencia se extiende a otros miembros de la familia: ‘inicio’ e ‘iniciar’ se han zampado a ‘comienzo’ o’principio’ y a ‘recomenzar’ o ‘principiar’. ‘Como anunciamos al inicio de nuestra emisión...’: la caverna hertziana ‘dixit’; ‘Van a iniciarse conversaciones entre el Gobierno y las autoridades autónomas...’; ‘Hoy inician su marcha los campesinos andaluces...’ Lo cual es perfectamente correcto. A diferencia con lo que ocurre con ‘reiniciar’. Pero lo excesivo de tales voces ya produce nausea.”

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