Actualmente se utiliza con mucha
frecuencia y erróneamente el verbo “restar”, reemplazando a su sinónimo
“quedar”, sobre todo entre locutores y periodistas deportivos y políticos.
Se oye decir por ejemplo: “En la sesión
de ayer restaron pocos diputados en el hemiciclo...” o “Con la expulsión de Fulano restaron sólo
nueve jugadores en el equipo...” En ambos casos lo correcto sería decir
“quedaron”.
También es frecuente el uso de “restar”
reemplazando incorrectamente a “faltar”. Se oye decir: “¿Cuánto resta para
alcanzar la verdadera Unión Europea?” o “Todavía resta mucho para alcanzar la
verdadera democracia interna en los partidos políticos...” En ambos casos lo
correcto sería “falta”.
Lázaro Carreter dice que el uso de
“restar” en lugar de “quedar” o de “faltar” sólo es posible en los casos en los
que su oposición semántica puede ser neutralizada. Y pone un ejemplo del
Quijote: “Pasaremos lo que resta de la noche cantando”. Podría leerse
igualmente “lo que queda de la noche”.
“A este paso -termina diciendo- pronto
oiremos cosas como esta: ¿Pero no habíamos restado que vendrías a las seis?”
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