Parece ser que la construcción apropiada, hasta el año 1927, era
“dignarse de”. Por ejemplo: “Dignarse de pedir licencia”. Es a partir de este
momento, cuando empezó a sustituirse la preposición “de” por la preposición
“a”, siendo numerosos los autores que empezaron a emplear esta nueva
construcción.
He aquí lo que dice Lázaro Carreter al respecto: “Confieso mi repelús
ante el ·dignarse a· hacer algo y sólo tengo por bueno ·dignarse· hacer algo. A
pesar de que la nueva construcción cuenta con muchos padrinos, en mi opinión no
deja de ser un vulgarismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario