El Diccionario tiene como acepciones:
“sujeto ridículo”, y como ente de razón “que no tiene ser real y verdadero y
sólo existe en el entendimiento.”
Ente es un latinismo que es castellano
desde el siglo XVII. Es sinónimo de ser, como un tecnicismo de la jerga
filosófica. Después adquirió el tinte peyorativo de ridiculez que hemos
mencionado.
Ente, aparte del sentido técnico
filosófico, designa pues personas ridículas. ¿Dónde está el problema?
En la tendencia actual de usar “ente” en
el sentido de “organismo” incluso por parte del Boletín Oficial del Estado:
“...las lenguas vernáculas deberán estar protegidas por la acción del Estado y
demás “entes” y corporaciones de Derecho Público”
Lázaro Carreter nos avisa de que “aún
estamos a tiempo de utilizar “ente” con la acepción de “organismo”.
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