sábado, 12 de enero de 2013

Palabra cazada: Autosuicidio



Son muchas las palabras prefijadas por el “autos” (“mismo”) griego: autócrata, autonomista, autoclave, autoservicio, automoción, etc.
La mayoría de estos “autos” se nos introdujeron a través del francés y todos están consolidados y admitidos. Pero, últimamente a alguien se le ha ocurrido -y parece que con éxito a juzgar por la rapidez con que su uso se ha extendido- prefijar la palabra “suicidio” con el mencionado “autos”. De aquí el disparatado “autosuicidio” o “autosuicidarse”.
La palabra suicidio viene definida como “quitarse violentamente y voluntariamente la vida”.
Lázaro Carreter nos dice que “auto, prefijado a suicidarse es albarda sobre albarda, mejor dicho, sobre dos albardas, puesto que la idea de darse muerte a sí mismo ya viene expresada suficientemente en el verbo por el “sui” y por el “se”.
¿Acaso se ignora la función refleja del me -te -se -nos y -os, añadidos a la forma verbal (me suicido, te suicidas...)?
¿Seremos tan estúpidos que acabaremos diciendo también “autopeinarse”, “autovestirse”, “autosudar”?

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