Dice Lázaro
Carreter:
“Recibo el
cuestionario de una revista que me pide opinión: ‘¿En qué medida cree usted que
la cultura mundial de los últimos años se refleja en la cultura española, tanto
a nivel de presencia como de influencia?’. Y me aterra contestar: no sabría
hacerlo al nivel exactísimo de la pregunta. Ahí es nada: medir niveles de
prsencia e influencia¸agarrota tanta precisión.
¿De dónde ha
salido ese pulcro sucedáneo preposicional? Por supuesto, de las elegancias
expresivas de los tecnócratas, que hallaron bastardo el uso de nuestras simples
y canijas preposiciones. ¿Por qué decir algo tan ordinario como que el asunto
se debatirá ‘entre los ministros’,
pudiendo afirmarse hermosamente que será debatido ‘a nivel de ministros’? Tan peregrino y exquisito lenguaje ha
calado hondo; y hasta estudiantes rebeldes pueden informar de que hay acuerdo ‘a nivel de delegados de curso’. Hace poco oí en una homilia: “Si
se considera la cuestión ‘a nivel de
novios...’: exultante nivel, sin duda. Es curiosa, por cierto, la avidez de
muchos eclesiásticos por las más recientes novedades idiomáticas. Iniciado el
proceso, no extrañará escuchar un día que la salvación del alma es negocio que
se ventila ‘a nivel de Dios’.
Imagen:https://www.google.com/
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