¿Academicismo o
espontaneidad?
Dice Lázaro
Carreter:
Muchos
pedagogos, están en contra de enseñar a sus alumnos una lengua estrictamente académica
y a favor de la simplicidad y espontaneidad, considerando profanación cualquier
deseo de alterarla. Creo que la tarea de los profesores consiste justamente en
modelar e incluso domar aquella espontaneidad, la cual en un número grande de
casos, no es tan espontánea como se cree: su principal componente es
imitativo; el espíritu de los muchachos se configura en buena parte como receptáculo
de influjos ajenos (familia, amigos, cine, televisión...) no siempre cultural y
lingüísticamente respetables. ¿Será censurable el profesor que reclame su parte
de influjo en las mentes de unos jóvenes ciudadanos que la sociedad le ha
confiado para que los eduque? Me parece que a todo cuerpo docente nos está
agarrotando una suerte de temor ante el tabú de la no injerencia en la
personalidad del alumno. De la beligerancia absoluta de un antaño próximo con
que se le impedía respirar, hemos pasado al cruce de manos, al miedo a
intervenir aunque sea poco, para librarnos de dictados, que revolotean hoy, en
este retablo de las maravillas, sobre quien no dice que el rey viste de oro,
aunque lo vea desnudo.”
Imagen:https://www.google.com/
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